Autocompasión vs Auto-lástima

La auto-lástima es cuando nos vemos a nosotros mismos como víctimas de todo lo que nos pasa. Cuando decimos cosas exageradas como “a mí solo me pasan cosas malas”, o "nadie me quiere" y "siempre fracasaré” o aun cuando decimos y pensamos que todo es nuestra culpa.

La auto-lástima enfatiza sentimientos egocéntricos sobre cómo nuestras experiencias son peores a las de los demás. Nos cierra al amor y la bondad de Dios porque, pues en esa mentalidad errada, "nadie nos puede alcanzar en nuestra miseria".

Es también manipuladora. La auto-lástima consigue que otros hagan lo que necesitamos por que nos ven como "pobrecito/pobrecita", Y peor aun, hace que no tengamos que tomar responsabilidad de progresar en nuestra vida porque, si somos perdedores, y a solo lo malo nos pasa, pues no hay necesidad de esforzarse: nuestro destino esta sellado (y, supuestamente, es muy muy negro).

En resumen: la auto-lastima es pecado. Esta hace que desconozcamos las promesas de Dios y depende 100% de la conmiseración de otros para alcanzar lo deseado.

POR OTRO LADO...

La autocompasión es muy diferente a esto. La autocompasión no nos estanca, no nos desconecta de otros porque "mi sufrimiento es más grande que el de todos y no podrán entenderme". Al contrario, la autocompasión nos ayuda a transformarnos y nos levanta. Porque creemos que Dios entiende y no juzga nuestro sufrimiento, no nos juzgamos a nosotros mismos y, de esta manera, nos ponemos en una posición indicada para ser consolado por Él.

En ves de pensar “nunca seré suficiente”, la autocompasión dice “aunque duele y tomará un tiempo sentirme bien, esto no quiere decir que sea menos persona”.

Cuando vivimos experiencias dolorosas y somos honestamente amorosos y compasivos con nosotros mismos en medio del sufrimiento (es decir, sentimos compasión genuina por nuestra situación), nuestro corazón está abierto al amor y a la gracia de Dios y podemos creer con más facilidad en Sus promesas de bien.

La autocompasión no pide que alguien más lo haga por ti, PERO tampoco tiene miedo a pedir ayuda.

OJO: Hay 2 extremos que son dañinos. No digas "pobrecito yo" en todas tus circunstancias difíciles, pero tampoco digas "todo esta bien y no necesito de nadie" cuando las cosas están mal. Ambas posiciones te dirigen a una pobreza emocional y limite tus soluciones y, aunque consiguieras lo que quisieras, estas 2 mentalidades erradas, te evitarán caminar en salud emocional.

La solución está en estos siguientes versículos:

Confía en el Señor de todo corazón,
y no en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos,
y él allanará tus sendas. Proverbios 3:5-6

Por tanto, alentaos los unos a los otros, y edificaos el uno al otro, tal como lo estáis haciendo. 1 Tesalonicenses 5:11

Medita y habla con Él:

Dios, en los versículos de hoy puedo ver que Tú eres...

Estoy agradecida por...

Hoy decido confiar en Tí en esto...

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