Elévate por encima del YO

Nos encontramos en un momento trascendental de nuestra existencia, enfrentando niveles alarmantes de corrupción en todos los ámbitos de la sociedad. Esta batalla espiritual que va más allá de lo político nos sumerge en la sensación de estar a bordo de un avión en descenso, rodeados de imponentes rascacielos que amenazan con atraparnos en un descenso incontrolable. Las noticias diarias nos invaden de desesperanza y, si lo vemos de esta manera, no es de sorprenderse que hay tantos creyentes sufriendo de ansiedades y depresión.

Pero recordemos que somos la cabeza y no la cola, más que vencedores, y no debemos temer, pues Él ya ha vencido al mundo.

Aunque enfrentemos guerras, abortos incontables y luchas políticas, Dios nos llama a elevarnos. La situación de este mundo ha desafía constantemente nuestra esperanza y fe, pero en este momento crítico, Dios nos insta a algo mayor. Más allá de hacer resoluciones como perder peso, ganar dinero o comprar una casa, Dios nos llama a alejarnos de la imagen del yo. Nos invita a subir a lugares altos, a unirnos a Su plan para Sus hijos y para este mundo. Al elevarnos, veremos desde lo alto y confiaremos en quien sostiene no solo nuestros planes sino todo este mundo.

¡Presta atención! Dios nos llama a elevarnos más alto. El avión representa el método para impulsarnos a alturas desde las cuales podamos escuchar Su guía más claramente. Pero este método no es para comentaristas políticos ni filósofos; es para los intercesores en el lugar secreto. El método es la oración. Dios nos convoca a pelear la guerra espiritual de rodillas, a elevarnos por encima de la confusión y desesperación, a convertirnos en intercesores sin nombre que trabajan incansablemente para ganar la batalla espiritual. 

Hoy, como Moisés entre el mar y un pueblo en pánico, enfrentamos una encrucijada. Dios nos dice: "¡Ponte en marcha! Toma tu vara y extiende la mano sobre el mar". Dios hace milagros, pero requiere nuestra fe y acción. No tenemos un avión, pero tenemos una vara: la fe y la oración. Tenemos pies para seguir marchando hacia adelante.

¡Hijo/hija, ponte en marcha! Levántense, intercesores, soñadores de los sueños de Dios. Es hora de volar alto por encima de la incertidumbre, creer que Dios es nuestra roca, y orar desde los lugares celestiales. ¡Hazlo tu lema en el 2024: El llamado es elevarme más alto, el método es la oración!

¡Te bendigo!

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